º
º
Está tarde he estado tratando de recordar cuántas veces me he mudado de casa, por no hablar de país, a lo largo de mi vida. Todas las ocasiones han sido a casas vacías (me gusta tener mis propios muebles), no obstante, siempre, olvidados en un rincón, me he encontrado con un cubo y una fregona.
Alguna vez, me han entregado el nuevo domicilio limpio y listo para el cambio. Otras, he tenido que pedir ayuda para poder eliminar los restos del anterior inquilino. Hoy, la casa número siete no me ha fallado: he descubierto una fregona de palo verde y un cubo azul.
¿Será qué no queremos arrastrar a ese prometedor y nuevo espacio a conquistar, las macas que deseamos dejar atrás?
º
º
Anuncios
Seguro que en esa casa nueva, además de cubo y fregona, hay miles de fantasmas, de besos perdidos, de caricias gastadas y pasiones apagadas.
No limpies tanta grandeza. Si acaso, un leve barrido, algo de agua fresca y abrir las ventanas a la alegría, que es preimavera (aunque sea en el dichoso cono Sur).
Ya lo hago, ya… 😉
“El amor a las cosas no es importante”
“Maravillosa suerte
Qué bendición
Una viga le cae a cualquiera”
(Un optimista)
Mi última mudanza, cosas que dejaron los antiguos moradores:
Una colección de sellos, lámparas viejas, escaleras inservibles, un manual de lucha coreana…
¡Cariñito azucarado!… habrán dejado alguna oveja olvidada por ahí… seguro… Bxos.